platicar la noche entera con pecadores que se reconocen sinceramente como tales (bona fide). El mesón de la misericordia nunca cierra sus puertas para ellos, ni días de semana ni domingos. Nuestro Señor Jesús no murió por pecados imaginarios, sino que la sangre de Su corazón fue derramada para limpiar manchas de color carmesí que nada más podría quitar. Aquel que es un negro pecador, es el tipo de hombre que Jesucristo vino a blanquear. En cierta ocasión un predicador del Evangelio predicó un sermón
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